Que no me mire, por favor. Son los pensamientos que simplemente surgen, pero era inevitable; ella ya lo había visto.
Los secretos del mundo se dividen en dos categorías:
+La suerte es de tontos.
+Y cosas como él destino o predestinación no existen.
Por lo tanto, y no con aras de sonar a cliché, se debe mencionar que ella no podía no verlo, por dos cosas:
(ninguna incluye él hecho de ser coreano)
+Su forma de vestir distaba mucho de ser normal.
+Era él único chico más o menos de su edad que se había topado en cerca de 12 horas.
Espero volvérmelo a encontrar, pensó ella. Y con sumo cuidado de que él no se percatara, le dio un último vistazo antes de dirigirse al auto de sus padres.
Y pese a que Samanta nunca había sido una persona pesimista, dudó un poco de su suerte gracias a sus necios pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El universo se expande con las palabras... Si gustas, deja unas por aquí. Yo realmente lo apreciaría. Gracias.